miércoles, 28 de abril de 2010

¿A dónde van la palabras?

¿A dónde van la palabras cuando uno no las dice? ¿A dónde van esos sonidos que nunca llegan a salir por nuestra boca? Hay diferentes teorías. Las palabras, aunque creamos que invención nuestra, son libres, autónomas y autóctonas... te puedes empeñar en dominarlas y alguna se dejará, pero otras lucharán con todas sus fuerzas por hacer lo que tienen que hacer, que no es otra cosa que hacer lo que les da la gana. Las más rebeldes, apodadas "las espartacus" no sólo se niegan a obedecer sino que además alientan a otras palabras contra el aparato fonador que se empeña en empujarlas. A veces, para joder claramente, se quedan en la garganta, de ahí al expresión "tengo un nudo en la garganta"... algo que es literal, pero no sólo se niegan a salir sino que se encadenan a las cuerdas vocales y desde allí lanzan sus consignas revolucionarias. Otras veces decicen simplemente bajar... y su destino no puede ser otro que el estómago, de ahí la frase "tengo un nudo en el estómago"... porque parece ser que es una de sus características encadenarse de cualquier cosa interna nuestra que puedan oprimir. Cuando se cansan del estómago no les queda otra que seguir bajando (porque recordemos que persisten en esa actitud rebelde de negarse a salir, por lo menos por arriba...) Al bajar las palabras circulan por todo nuestro colom y terminan siendo defecadas con la fuerza sonora que las caracteriza... porque a estas alturas el organismo está ya "jarto" de tanta lucha y encadenamiento y las impulsa con brío al exterior, mientras ellas siguen en su empeño de no salir, no subir y ya están cansadas para luchar... es lo que solemos llamar "cagalera"
¿A dónde van las palabras cuando uno no las dice? ¿Por qué se ponen tan "rebeldes sin causa" las "jodías"? ¿Qué hago yo escribiendo sobre esto?... estas son algunas de las dudas existenciales que me asaltan hoy miércoles...

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